Efectivos de la fuerza de choque de la Policía de Córdoba reprimieron a manifestantes de asambleas socioambientales, quienes expresaron su repudio a la nueva legislación ambiental y se abalanzaron sobre las vallas que impedían el acceso a la Legislatura Unicameral.
Y en el medio, más que los palos, duele la gente. El enfrentamiento entre vecinos, la naturalización del Estado policial, el show de la represión y el sufrimiento ajeno…
Eriza la piel el grito equivocado a la persona distante, la injusticia del dedo acusador, la violencia (ambas, la desmedida y la otra), la inacción.
De todas maneras, entristecen menos las prácticas equivocadas que los éticos comentarios de brazos cruzados.