El gesto duro. La piel quebrada por el sol, por el arado, las lozas y el frío. Arrugas que denuncian el hambre, las ollas populares, las balas de goma y los palos de la cana. El olor a goma quemada, a techo de chapa en verano, a tierra seca. La gorra, la cumbia, la sonrisa rebelde, los sueños intactos. El gustito a rabia por las mentiras de turno de los políticos de siempre. Y el brillo en los ojos, único e incomparable, de la dignidad que se pone de pie.
Estos son los rostros color tierra, los protagonistas del Encuentro Nacional Por La Tierra Y La Vivienda. Agosto de 2014, Córdoba, Argentina.