Esta noche son Las Llamadas y nadie se lo quiere perder. Desde temprano, miles de personas se acercan a la callecita de Isla de Flores, las miradas de todo Montevideo se concentran entre las casonas y los enormes plátanos. Aunque ahora el espectáculo esté lleno de plumas cariocas y cámaras de televisión, el pulso negro de la cultura rioplatense late y se hace oir. La vieja ya puso la reposera, los gurises ensayan un fulbito entre las sillas, y los trabajadores de la intendencia ultiman los detalles para dejar brillando a Barrio Sur y Palermo. Todo parece estar listo para la fiesta de los tambores.
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