Guarden los estereotipos, los roles, los mandatos, las miserias. Ya no nos caben en los cuerpos, nuestros cuerpos. No nos silencian las muertes, el grito es cada vez más profundo y necesario.
Somos la luna, el agua, los ciclos. Somos dadoras de vida, creadoras, pujantes.
Somos las nietas de las brujas que incendiaron; estamos hechas de fuego.