
Primero despidieron a los ñoquis; pero yo no me preocupé, porque no soy ñoqui. Después echaron a los becarios, tercerizados, monotributistas y pasantes; pero yo no me preocupé, porque no soy un trabajador precarizado. Después rajaron a los trabajadores y trabajadoras de programas sociales, de la Secretaria de Trata, del Complejo Esperanza, pero a mi no me importa, “algo habrán hecho” pensé.
Hoy me llego el telegrama de despido.
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